¿Cómo te llamas? ¿Utilizas seudónimo? ¿Por qué?

Mi nombre real es Liseth Carcamo, todos me conocen por Lis, pero en cuanto a mis escritos, los  rmo con el seudónimo Adrienne Lewis. “Adrienne” es el nombre de una de mis canciones favoritas y “Lewis” es el apellido de uno de mis personajes favoritos: Simon Lewis. Se me ocurrió comenzar a usar ese seudónimo hace seis años, cuando comencé a

escribir mis historias en un blog que desapareció hace algún tiempo.

¿De dónde eres? ¿Naciste ahí? ¿Dónde te criaste?

Soy de El Salvador. Naci ahí, crecí y ahí y creo que voy a morir ahí también.

¿Cuántos años tienes? ¿Vives con tus padres? ¿Vives solo/a?

Tengo 26… y si, vivo con mi familia, eso es mis padres y mis cuatro hermanos. Todos en mi casa somos amigos así que no tengo mucha prisa por mudarme.

¿Qué es lo que más te gusta hacer? ¿Tienes mascotas?

Lo que más me gusta hacer es leer. Incluso más que escribir. Generalmente leo literatura juvenil, pero de vez en cuanto devoro algún thriller para adultos. También me gusta la caligrafía y la fotografía. Tengo dos gatos, uno siamés llamado Rico y el pequeño Mingo.

¿Eres estudiante?

Sí y no. Estudios inglés y alemán por internet, pero no voy a la universidad. Tengo un empleo.

¿Cuál fue tu primer escrito formal? ¿Cómo se llamaba?

¿Honestamente? Se llamaba Ángeles en la Oscuridad y era sobre una guerra entre vampiros y elfos. ¡Dios! ¡Era horrible! Lo escribí cuando tenía quince, pero ya que mis amigos de la escuela no leían, les pareció fabuloso e hicieron una dramatización de la historia para nuestra clase de literatura. Después de ese escribí Belleza en Caos. Lo reescribí completamente dos veces después de ese primer borrador.

¿Por qué empezaste a escribir? ¿Cuándo fue más o menos? ¿Crees que has mejorado desde entonces?

Comencé a escribir desde que tenía once años, no recuerdo exactamente por qué, pero creo que las letras siempre han sido parte de mi vida. Mi mamá inventaba poemas cuando era una niña, y aun sin saberlo, yo hacía lo mismo también. Supongo que comencé a inventar historias desde que aprendí a escribir oraciones. Me gustaba escribir mentiras, y esas mentiras se convertían en cuentos completos, aunque siempre fueron realmente malos. ¿Si creo que he mejorado? Si, ¡Muchísimo! Especialmente desde que comencé a leer en ingles y a comprar libros sobre literatura creativa.